ORIGEN DEL TÉRMINO “IZQUIERDA” EN POLÍTICA
La derecha y la izquierda, generalmente referidas a la orientación
de la mano, son términos anatómicos de gran precisión, puesto
que el punto de referencia, que es el cuerpo, permanece en una
posición determinada. Cuando afirmamos de alguien que es diestro
o zurdo no hay duda alguna acerca del significado.
Cuando la acepción es trasladada a otros ámbitos significativos,
la derecha y la izquierda pierden su valor absoluto, se convierten
en nociones relativas al observador. Así se produce la clásica
tergiversación del viajero que pregunta por una dirección, y su
interlocutor frontal califica como derecha lo que para el demandante
es todo lo contrario, porque es un lugar situado a su izquierda.
La geografía desecha una terminología tan confusa y la sustituye
por los puntos cardinales.
La distinción entre izquierda y derecha se aplicó, por primera
vez a la política, en la Francia revolucionaria. La Asamblea Constituyente,
inició sus trabajos en 1792. Los diputados se hallaban divididos
en dos grupos enfrentados: el de la Gironda, que se situó a la
derecha del Presidente, y el de la Montaña, que se situó a la
izquierda. En el centro tomó asiento una masa indiferenciada a
la que se designó como el Llano -o la Marisma-.
Los girondinos deseaban restaurar la legalidad y el orden monárquico,
mientras que La Montaña propugnaba un estado revolucionario, el
cual, después de anular a los girondinos, desembocaría en lo que
se conoció -lamentablemente, aunque con justicia- como el Terror.
Así se produjo una identificación de la izquierda con la radicalización
revolucionaria que, al grito de "Libertad, Igualdad y Fraternidad",
desencadenaría una etapa de utopías y ferocidad que sólo lograría
detener el golpe de Estado de Bonaparte. Los implacables Robespierre,
Danton y Marat fueron los caudillos y los definidores del primer
partido político francés que se situó a la izquierda.