Los niños zurdos necesitan tolerancia y paciencia por parte
de sus padres y profesores, no basta con dejar que se las arreglen
solos con su mano izquierda, hay que acostumbrarlos de a poco a
enfrentarse con todas las tareas y quehaceres pensados para los
diestros, partiendo por una de las primeras herramienta: las tijeras
de punta redonda para niños.
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Para un niño zurdo el
trabajar con una herramienta para diestros causará frustración
por la incomodidad y mal rendimiento, los padres deben preocuparse
ya que estos problemas se solucionarían si el niño
usa tijeras para zurdos, con lo cual el niño recuperará
la confianza en si mismo. |
Hay otras tareas que no requieren herramientas y que serán
difícil para el niño de desarrollar si no es guiado
correctamente, por ejemplo atarse los cordones ya que deberá
aprender a hacerlo al revés que la mayoría diestra.
Cuando nacen, los niños son ambidiestros, pero una tendencia
suele manifestarse en un periodo corto de tiempo. A los dos meses
se empieza a producir un reparto de responsabilidades entre la mano
de trabajo y la mano creativa, pero solo a partir del tercer año
se puede afirmar con algún grado de seguridad que un niño
es zurdo. Pero existe un periodo comprendido entre los tres y los
siete años denominado periodo de quirilancia, más
conocido como ambidiestrismo. Para comprobarlo lo antes posible
hay que observar a los niños con atención en las actividades
que realizan (pintar, asir y tomar cosas, comer, hacer fuerzas,
etc..). Ser zurdo, no se refiere solamente a la mano, sino también
la pierna, ojo y oído que no deben ser dejados de lado.
Es durante la quirilancia cuando ambos hemisferios cerebrales son
equipotentes, lo que quiere decir que aún no hay dominio
de ninguno de ellos. En este momento se está realizando un
proceso normativo de maduración que definirá la preferencia,
es en esta etapa, donde algunas maestras o padres de familia que
piensan que lo están haciendo muy bien facilitan la utilización
del lado derecho sobre el izquierdo. Ésta es una actitud
errada, porque es en este momento cuando el niño debe determinar
su preferencia manual.
Cuando son obligados a usar la derecha, muchos de estos niños
se convertirán en zurdos encubiertos. En otras palabras,
personas con problemas de lateralización y que muchas veces
son tratadas como si fueran disléxicas, cuando en realidad
lo que tienen son dificultades de lateralización. Cuando
se detecta que un niño es zurdo contrariado, no existen soluciones
mágicas ni inmediatas. Se debe tomar en cuenta que éste
no empezará a escribir con la mano izquierda, sobre todo
si tiene entre 8 y 10 años, aunque debe permitírsele
compensar el problema adiestrándolo en el manejo de la mano
derecha.
La prueba de Oseretsky
es la que puede ayudar a determinar cuál es el nivel
de preferencia en el ojo, oído, mano y pie. Ésta
es una prueba neuropsicológica realizada en el consultorio
de un psicólogo y que toma una, dos y hasta tres sesiones.
Consta de una serie de ejercicios, donde el niño o el
adolescente tiene que ir definiendo sus preferencias.
La prueba, además de evaluar la lateralidad, detectará
los procesos que no fueron consolidados y que están dando
lugar a perturbaciones a nivel escolar.
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Un deficiente rendimiento académico puede ser una señal
de alerta para que los padres se den cuenta de que algo no está
funcionando muy bien en el niño o el adolescente.
Una vez que se aplica la prueba y se obtienen los resultados, el
psicólogo establece una línea de base y puede comenzar
algún tipo de tratamiento para reducir el problema. Para
ello, tendrá que trabajar con la familia y con el colegio
al que asiste el afectado.
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Los maestros deberían
informarse desde un principio si hay niños zurdos en
el grupo, para prestarles atención y ayuda: ubicarlos
en el lugar correcto (siempre a la izquierda de su compañero
de banco) para que la luz le llegue siempre desde el lado derecho;
darle facilidades y procurar que use las herramientas adecuadas.
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Existen algunos Test
o pruebas complementarias que nos facilitan la posibilidad determinar
en cada parte simétrica del cuerpo, la que domina.
El niño debe tener claro que no es anormal
o posee alguna enfermedad y no tiene porque recibir bromas de sus
compañeros. Una vez superado todos esos escollos, el niño
funcionará y trabajará correctamente con su mano.
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